martes, 11 de septiembre de 2012


 ¡¡¡FELIZ DÍA DEL MAESTRO!!!


Pensadores y Educadores Argentinos
(Datos aportados por la Prof. Débora Calleja - Área Cs. Sociales)



Domingo Faustino Sarmiento
 El 11 de septiembre de 1888 moría en Paraguay Domingo Faustino Sarmiento. En su honor, en esta fecha se conmemora el día del maestro

Domingo Faustino Sarmiento fue ante todo un hombre de su tiempo, marcado por profundas contradicciones y una enorme sinceridad que lo llevaba a ser siempre políticamente incorrecto. Insultó a la oligarquía de su tiempo y pidió no ahorrar sangre de los mismos gauchos a los que llamaba “el soberano” y se obsesionaba en educar. Todo eso, no parte de ello, fue Sarmiento.
El 15 de febrero de 1811, nació en el Carrascal uno de los barrios más pobres de la ciudad de San Juan, Domingo Faustino Sarmiento. Los primeros "maestros" de Domingo fueron su padre José Clemente Sarmiento y su tío José Eufrasio Quiroga Sarmiento, quienes le enseñaron a leer a los cuatro años. En 1816, ingresó a una de las llamadas "Escuelas de la Patria", fundadas por los gobiernos de la Revolución, donde tuvo como educadores a los hermanos Ignacio y José Rodríguez, éstos sí maestros profesionales.
Cuando terminó la primaria, su madre, Doña Paula Albarracín, quiso que estudiara para sacerdote en Córdoba, pero Domingo se negó y tramitó una beca para estudiar en Buenos Aires. No la consiguió y tuvo que quedarse en San Juan donde fue testigo de las guerras civiles que asolaban la provincia. Marchó al exilio en San Francisco del Monte, San Luis, junto a su tío, José de Oro. Allí fundaron una escuela que será el primer contacto de Sarmiento con la educación.
Poco después, regresó a San Juan y comenzó a trabajar en la tienda de su tía.
Entre 1845 y 1847, por encargo del gobierno chileno, visitó Uruguay, Brasil, Francia, España, Argelia, Italia, Alemania, Suiza, Inglaterra, EEUU, Canadá y Cuba. En cada uno de estos países, se interesó por el sistema educativo, el nivel de la enseñanza y las comunicaciones. Estando en Francia, en 1846, tuvo un raro privilegio: conocer personalmente al general San Martín en su casa de Grand Bourg y mantener una larga entrevista con el libertador.
Sarmiento pensaba que el gran problema de la Argentina era el atraso que él sintetizaba con la frase "civilización y barbarie". Como muchos pensadores de su época, entendía que la civilización se identificaba con la ciudad, con lo urbano, lo que estaba en contacto con lo europeo, o sea lo que para ellos era el progreso. La barbarie, por el contrario, era el campo, lo rural, el atraso, el indio y el gaucho. Este dilema, según él, solo podía resolverse con el triunfo de la "civilización" sobre la "barbarie.


Escuelita de Sarmiento en  San Francisco del Monte de Oro - Pcia. de San Luis



En 1862 siendo gobernador de San Juan, dictó una Ley Orgánica de Educación Pública que imponía la enseñanza primaria obligatoria y creaba escuelas para los diferentes niveles de educación, entre ellas una con capacidad para mil alumnos, el Colegio Preparatorio, más tarde llamado Colegio Nacional de San Juan, y la Escuela de Señoritas, destinada a la formación de maestras.
Los comicios realizados en abril de 1868 lo consagraron presidente de los argentinos. Asumió el 12 de octubre de ese año. Durante su presidencia siguió impulsando la educación fundando en todo el país unas 800 escuelas y los institutos militares: Liceo Naval y Colegio Militar. Además, durante su gobierno se tendieron 5.000 kilómetros de cables telegráficos y en 1874, poco antes de dejar la presidencia pudo inaugurar la primera línea telegráfica con Europa. Modernizó el correo y se preocupó particularmente por la extensión de las líneas férreas. En 1869 se concretó el primer censo nacional. Los argentinos eran por entonces 1.836.490, de los cuales el 31% habitaba en la provincia de Buenos Aires y el 71% era analfabeto. Según el censo, el 5% eran indígenas y el 8% europeos. El 75% de las familias vivía en la pobreza, en ranchos de barro y paja. Los profesionales sólo representaban el 1% de la población. La población era escasa, estaba mal educada y, como la riqueza, estaba mal distribuida.
Al finalizar su mandato en 1874, asumió el cargo de Director General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires.
Durante la presidencia de Roca ejerció el cargo de Superintendente General de Escuelas del Consejo Nacional de Educación. En la época en que Sarmiento fomentaba la educación popular, el índice de analfabetos era altísimo. En el campo había muy pocas escuelas porque la mayoría de los estancieros no tenían ningún interés en que los peones y sus hijos dejaran de ser ignorantes. Cuanta menos educación tuvieran más fácil sería explotarlos. Recién en 1884, logró la sanción de su viejo proyecto de ley de educación gratuita, laica y obligatoria, que llevará el número 1420.
En el invierno de 1888 se trasladó al clima cálido del Paraguay junto a Aurelia Vélez, la hija de Dalmacio Vélez Sarsfield, autor del Código Civil. Aurelia fue la compañera de Sarmiento durante los últimos años de su vida. Murió el 11 de septiembre de ese año, en Paraguay, como su hijo Dominguito.



                                                 José Manuel Estrada





En la fecha de su fallecimiento se conmemora el Día del Profesor (de nivel secundario y universitario)

José Manuel Estrada nació en Buenos Aires, Argentina, el 13 de julio de 1842 y falleció en la ciudad de Asunción, Paraguay, el 17 de septiembre de 1894. Huérfano a muy temprana edad, y que de su educación se hizo cargo su abuela, Carmen de Liniers. Su primer maestro fue Manuel Pintos, y su educación formal la desarrolló en el Colegio de San Francisco, donde aprendió filosofía, teología, religión y humanidades. A través de esta enseñanza, Estrada se formó como un férreo católico, al punto que sería la defensa de este dogma la que lo llevaría a destacar como político.
En 1858, cuando finalizó con sus estudios primarios, recibió un premio en el concurso de historia del Liceo Literario, por su obra relativa al descubrimiento de América. Este estímulo fue suficiente para que orientara su formación autodidacta a los asuntos históricos, que a la postre lo convertiría en uno de los más destacados historiadores argentinos. Por esa época, además, Estrada comienza su actividad como periodista, como redactor de La Guirnalda, Las Novedades y La Paz.
Provenía de una familia acaudalada y tradicional de Buenos Aires y se constituyó como el líder laico del movimiento católico argentino que debatió con liberalismo secularista de fines del siglo XIX. Fue periodista, ensayista, historiador, docente, político, convencional constituyente, ministro, diputado y embajador. Sus preocupaciones por la cuestión católica, la democracia argentina y lo educativo lo llevaron a desarrollar múltiples escritos y a ocupar distintos cargos.
José Manuel Estrada ha tenido un reconocimiento importante en la historia argentina como un referente ineludible de las ideas del catolicismo en la segunda parte del siglo XIX. Para muchos conocedores, estén o no de acuerdo con él, es el gran representante del pensamiento católico y el laico dirigente más destacado de la época.
Su acción y su pensamiento lo erigieron en el arquetipo del dirigente católico argentino.
Concibió a la educación como un instrumento para transmitir los deberes y derechos de los ciudadanos. Para Estrada la educación tiene un fin eminentemente moral, pues ella lleva a la perfección, que es el destino del hombre. "El hombre marcha hacia Dios, por medio de la verdad." Tiene además un fin social, porque la comunidad requiere que los individuos que la componen participen activamente en el intercambio recíproco del pensamiento y el esfuerzo. Y, por fin, la educación es un deber cívico en toda democracia, por cuanto, merced a ella, se habilita al ciudadano para ejercer sus derechos.   
Ejerció la docencia como una gran vocación. Por eso, al despedirse de sus discípulos de la Facultad de Derecho pudo decir: "Ha sido para mí la enseñanza un altísimo ministerio social a cuyo desempeño he sacrificado el brillo de la vida y las solicitaciones de la fortuna, el tiempo, el reposo, la salud, y en momentos amargos mi paz y la alegría de mi familia".

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